Martina & Mario

Martina & Mario
Martina, Mario y su inseparable BIBI

8/2/12

Antes y Después del ingreso en la clínica


Ingreso en la clínica con 5 meses de vida :

4 meses después... volví al trabajo, Martina empezó la guardería, Mario se quedaba con la yayi y en uno de esos resfriados brutales que Martina traía de la guardería Mario también cayó, pero cayó tanto que acabó ingresado en la clínica con diagnóstico de  bronquiolitis: vía pinchada en el brazo con antibióticos, aporte de oxígeno por vía nasal,... ¡menudo cuadro con apenas 5 meses!


La vuelta a casa después del ingreso:

Volvimos de la clínica y todo cambió... su piel se volvió como la lija, empezó a sufrir dermatitis atópica, erupciones constantes que iban y venían a su antojo, manchas rasposas con relieve, diarrea crónica, bronquitis recurrentes, constante tos, mucosidad y a nivel de comportamiento totalmente apático, rebotaba los juguetes, lloraba contínuamente, se pegaba con los dedos en la cara y acercaba y alejaba las manos de sus ojos en movimientos repetitivos, gritaba todo el tiempo, no se dejaba tocar, cuando le cogíamos en brazos nos daba cabezazos (y nosotros con ortodoncia... hemos sangrado unas cuantas veces!!!) 
Llegó el primer cambio importante en su vida: la papilla. Recordábamos a Martina relamiéndose con la de frutas y la de cereales. Mario protagonizaba verdaderos dramas cada vez que le acercábamos la cuchara a la boca. Lloraba angustiado cuando la veía. La enfermera de la pediatra nos dijo que no vivíamos en el tercer mundo y que cuando el niño tuviese hambre comería, además le hicimos las pruebas de celiaquía y dieron negativo, pero las diarreas persistían. Este episodio fue muy significativo para nosotros... sin hablarlo abiertamente empezamos a sentir que algo no iba bien y que algo más importante estaba por llegar.

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