Martina & Mario

Martina & Mario
Martina, Mario y su inseparable BIBI

25/4/12

Daño neurológico por estrés oxidativo

Mario se ha pasado 3 años aislado en un pozo cerrado del que hemos conseguido abrir una rendija; desde el fondo del pozo Mario ha podido ver una luz, primero se ha asustado, ha llorado, ha pataleado, pero poco a poco ese pequeño rayo de luz le ha dejado ver que hay paredes, que hay rocas, que hay peldaños... y los está subiendo, enfrentándose valiente a lo desconocido. Conforme escapa de la oscuridad sus ojos se van acostumbrando a la inmensa luz descubriendo cada vez más cosas y por fín el niño que nunca debió permanecer prisionero en el fondo de ese pozo empieza a formar parte de nuestras vidas... y nosotros de la suya.  "Mamá guapa" abrazándome con los ojos cerrados de tanto amor es el regalazo de ayer y aunque me retorcía con vómitos, escalofríos, fiebre y una más que probable pneumonía... sus palabras han secado muchas lágrimas de aquel tiempo en el que mi pequeño estaba en el fondo del pozo y ni siquiera los brazos de una madre podían rescatarle.

¿Os imagináis que, tal y como os comenté en el "El Estudio Genómico de Mario", encontrásemos un tanto por ciento elevado de niños diagnosticados de autismo que coincidiesen con el resultado genómico de Mario... que todos tuviesen problemas de estrés oxidativo... que hayan sufrido daños neurológicos y la consecuente desconexión debido a ello... ?
Desde los nueve meses en que abrigamos y alimentamos dentro de nosotras a nuestros pequeños príncipes y princesas, los hemos podido estar "intoxicando" tal y como le ha sucedido a Mario. Durante todo el embarazo de Mario comí a mi antojo pero con algo más de cuidado que con el embarazo de Martina, ya que con ella gané 25 kilos; bien es verdad que pesaba 59 kilos con una estatura de metro ochenta, así que estaba por debajo de mi peso, pero llegué a los 85 pareciendo más un armario ropero de dos puertas que una mujer embarazada...  Así que a los ocho meses de Martina me quedé embarazada de Mario y... tenía mi peso ideal, unos 68-70 kilos que para mi estatura ya es lo correcto. Pero no se trata sólo del peso, cuando lo ideal es engordarse 1 kilo por mes, a ver quien puede controlar cuando te da por cenar 3 veces... como a mí. Se trata de qué comes, y como le afecta - en este caso - a Mario. Pues debería haber comido todo ecológico, nada de conservantes, ni colorantes, fruta y verdura sin pesticidas, nada de productos elaborados que contengan cualquier tipo de química, tampoco utilización de jabones u otros productos como desodorantes (que la inmensa mayoría contienen aluminio), ni se nos pase por la cabeza el agua del grifo y no sé si es llegar demasiado lejos con la ducha y las piscinas con cloro, pero a Mario no le va nada bien, pues los agentes químicos penetran en su piel y también se intoxica. Todo lo más natural posible porque Mario, desde que existe es incapaz de librarse de todos esos tóxicos. Mascarilla para respirar ya sería de locos, que es por lo que me tomarían, pero... todo esto sería lo que debería hacer si quisiera tener más hijos (aunque no es el caso, ya tengo la parejita jaja) y realizarme el estudio genómico a mí misma y al recién nacido para saber con exactitud qué suplementación necesitamos si tenemos afectados algunos de nuestros genes o si sufrimos un fallo enzimático. Con Mario hay que luchar para recuperarle cuanto antes, el tiempo corre siempre en contra y los daños neurológicos no suelen ser reversibles. Por suerte le hicimos la dieta y le mantuvimos alejado de lo que más daño le hace, así que hemos "parado el tiempo" del daño neurológico, y ahora debemos conseguir subirle el nivel de glutation para que se defienda por él mismo. Como el daño neurológico no ha continuado a más porque no han subido los niveles tóxicos, si no que han bajado gracias a la dieta y la suplementación... pues no ha sufrido más regresiones y ha comenzado a conectar:
Ahora ya entiende mejor lo que se le pide (menos cuando se hace el remolón). Repite como un loro todo cuanto oye y va añadiendo palabras a su vocabulario. Te mira a los ojos constantemente: para hablarte, cuando necesita algo, para hacerte un mimo, para sonreirte,... Señala con su dedo lo que necesita o aquello que quiere que hagas (como sentarte, levantarte, cogerle en brazos,...) y suele acompañarlo con "Seu", "tira, tira", "coge", "gracias" y "de nada" que empiezan a formar parte de su repertorio. Empieza a jugar con caballitos, con muñecos, les quiere, les abraza, les hace darse besos entre ellos, ya ha dejado de apilar cosas y de hacer interminables filas de... cualquier cosa que encontraba, no se queda tirado en el suelo durante 2 horas dándole vueltas a un palo, a una chapa, a una tiza, ahora pinta con la tiza, le interesa saber para qué sirven las cosas... y ha empezado a pintar con acuarelas, coge su pincel, lo moja, elige el color que le decimos y pinta sus garabatos con una sonrisa tan grande que no le cabe en la cara.
Debemos mejorar muchas cosas de su comportamiento, pero claro, con 3 años y medio se le ha abierto la mente a un mundo por descubrir, un mundo al que llevaba ignorando mucho tiempo. Es por ello que nos hemos encontrado con un problema: no ha aprendido como otros niños desde una edad temprana a relacionarse con los demás, a aceptar órdenes, a entender que hay normas... ¿Qué sabía él de todas estas cosas hasta ahora? Pues nada, absolutamente nada, así que tiene que aprender como un niño más pequeño las palabras típicas de papá y mamá "espera un momento", "eso no se hace", "castigado a la silla", "no se pega a la tata", siempre reconfortándole y premiando sus actitudes positivas "muy bien Mario, un abrazo a la tata, Martina guapa"... ¡Se trata de educar a un niño de 4 años que socialmente tiene apenas 1 añito!
Su comportamiento se complica más fuera de su entorno habitual. La protección que siente en lugares que le son conocidos le permite mostrarse más tranquilo y abierto con el entorno: intenta comunicarse más, habla más, está más tranquilo, más cariñoso,... cuando se siente inseguro es fácil que se encierre en su pozo y así consigue  la protección que en ese momento no encuentra. Pero cada vez le resulta más fácil abrirse a los demás, a su tiempo, empieza mirando de reojo y al final te coge la mano para decirte "seu" (en el suelo) y te pasa la pelota... también tiene el olfato de un perrillo al que si por miedo o falta de interés intentas entrarle "a saco" poniéndole la mano encima... no te muerde, pero te suelta un buen gruñido que significa: "tú, lejos de mí, gracias". Hay que darle su espacio para poco a poco acercarse a él a través del juego y sobretodo hacerle caso cuando pide comunicarse, algo que no todo el mundo tiene ganas de hacer, pero eso ya es harina de otro costal...
Próximo capítulo... Los niños con autismo tienen los mismos derechos que los demás niños en su casa, dentro del ámbito familiar, en la escuela, en el barrio, en la sociedad y... en el mundo mundial! Empecemos por nosotros mismos antes de exigir a la sociedad, a veces lo más cercano es lo que más duele...  que para mejorar la sociedad antes debemos mejorar nosotros!



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